domingo, 21 de febrero de 2010

Disidencias, huelgas y represión

Antesala de la Revolución



Los periodistas siempre fueron críticos ante las injusticias cometidas por las autoridades, pero más tardaban en publicarlas que en ir a parar a la cárcel de Belén, si eran de la Ciudad de México, o a las cárceles locales, ya que lo disponía el poder presidencial se repetía en los estados. De entre los periodistas críticos más distinguidos sobresale Daniel Cabrera, con El hijo de Ahuizote. Más adelante comenzó a destacar Regeneración, de los hermanos Flores Magón; de ellos, Ricardo fue quien pasó más tiempo en prisión, pues fue recluido en la de San Juan de Ulúa, donde samente los hermanos Ricardo, Jesús y Enrique Flores Magón, en compañía del ingeniero Camilo Arriaga, Juan Sarabia y Antonio I. Villareal, formaron el nuevo Partido Liberal que en 1906 formuló un plan y un programa que planteaba un diagnóstico de la situación del país, y proponía un plan de acción.



La influencia de este partido se hizo sentir muy pronto en la huelga que en 1906 llevaron a cabo los trabajadores mineros en Cananea, Sonora por medio de la cual exigían la equidad salarial respecto a los trabajadores que venían de Estados Unidos de América y que tenían sueldos más altos. Otra huelga trajo como consecuencia una reprensión aun más drástica en Río Blanco, Veracruz, en la zona fabril de Orizaba.



Los círculos de obreros católicos, bajo el influjo de la encíclica Rerum Novarum del papa León XIII, desarrollaron principios para una legislación laboral justa.

La permanencia del grupo en el poder

Antesala de la Revolución


El propio presidente elaboraba, con sus más cercanos colaboradores, las listas de quienes debían ocupar los curules de las cámaras de Diputados y Senadores. Los gobiernos, jefes políticos y aun presidentes municipales permanecían en sus puestos si le eran útiles al sistema. Cada cuatro años había unas elecciones más formales que reales. El único contendiente de don Porfirio Díaz fue don Nicolás Zuñiga y Miranda, que no era tomado en serio por los electores.

Al final del primer gobierno de Díaz comenzó a destacar un grupo de profesionales que, a partir de 1884, colaboraron cada vez de manera más estrcha con el presidente, desde 1892 este grupo fue conocido como "los científicos" y era encabezado por José Yves Limatour. A dicho grupo pertenecían Justo Sierra, Francisco Bulnes, Pablo y Miguel Macedo, Rosendo Pineda y otros.

Éxito económico y costos sociales y políticos

Antesala de la Revolución
La característica central del Porfiriato fue desarrollo económico alcanzado por el país durante el último tercio del siglo XIX y los primeros años del XX. La minería conoció un nuevo auge, ahora enfocada hacia la producción de metales para la industria; la agricultura se dirigió a los cultivo extensivos de productos de exportación como el algodón y el henequén; el mercado interno se intensificó a partir del crecimiento de la red ferroviaria, que al final del gobierno de Díaz se acercó a los 20 kilómetros; la hacienda pública fue reorganizada, para lo cual se buscó erradicar al fin algunos lastres coloniales, como las alcabalas o aduanas internas. El balance entre ingresos y egresos de la Federación alcanzó un superávit egreso de capital.
Pero hubo dos elementos negativos en el progreso que se consolidaba en el país; la mala distribución de la riqueza y el estancamiento político.
La Ley de Terrenos Baldíos, promulgaba en 1883 con el propósito de que las tierras que no estuvieran produciendo, fueran vendidas a inmigrantes o a nacionales para que fueran cultivadas, afectó a los campesinos al despojar a muchosde ellos de sus tierras. Se trataba de una población que no recibía sus jornales en haciendas, si no que se les pagaba por medio de vales canjeables en las tiendas de raya.
Los trabajadores de las minas y la indusria desempeñaban jornadas de trabajo sin límite de tiempo, carecían de condiciones higiénicas, y los salarios eran asignados de manera arbitraria.

Las contradicciones del Porfiriato

Antesala de la Revolución

Porfirio Díaz ocupó el poder durante cuetro años, de 1877 a 1880, y regresó a la Presidencia a partir de diciembre de 1884, Los cuatro años en los que no fue Presidente de la República, ocupó ese cargo el general Manuel Gonzáles, quién gozaba de la confianza de don Porfirio.



Este personaje, que se había distinguido durante la guerra contra la Intervención francesa, se levantó contra Benito Juárez en 1872 con el Plan de Noria, peró fracasó en su intento. Luego lo hizó en contra del presidente Sebastián Lerdo de Tejada en 1876 con el Plan de Tuxtepec, y en esa ocasión sí logró los fines que se proponía. Finalmente ocupó la presidencia, de 1877 a 1880; pero a partir de que volvió a ser presidente en 1884, olvidó aquello por lo que había luchado.



Porfirio Díaz fue reelegido siete veces, lo que convirtió a su gobierno en una dictadura, o al menos en una autocracia. Estableció un sistema de control que él dirigía desde la Presidencia por medio de los gobernantes de los estados, muchos de los cuales también fueron reelegidos varias veces.

Arquitectura, música, teatro y cine


Cultura

En la arquitectura, el siglo XIX fue testigo de cambiodel estilo barroco al neoclásico. El Palacio de Minería, construido por Manuel Tolsá, es uno de los más notables ejemplos del estilo neoclásico que predominaba ya en los últimos tiempos de la Colonia.

El único arquitecto destacado durante el periodo que abarca de Santa Anna a Maximiliano es Lorenzo de la Hidalga, de origen español pero radicado en México, y que entre otras obras públicas y privadas construyó el Teatro Nacional. Las enseñanzas del italiano Javier Cavallari, quién lllegó a México a mediados de siglo, fueron bien aprovechadas por De la Hidalga y por otros arquitectos que recibieron de él la influencia romántica de la Escuela de Bellas Artes en París, pero fue al final de esta centuria, en tiempos de Porfiriato, cuando se desarrollaronobras arquitectónicas de mayor impostancia.



El Palacio de Bellas Artes (1904) es una muestra de arquitectura decimonómica, como lo son también el Edificio de Correos, el Palacio de Comunicaciones - hoy Museo Nacional de Arte -, el Casino Español, el Teatro Degollado en Guadalajara, el Mercado de San Francisco en Morelia, y el Hospital de Maternidad en Puebla.






La música tuvo oportunidad de desarrollarse en México por motivos distintos. Por una parte, seguía siendo importante para las familias acomodadas dar una educación que la incluyera, sobre todo para las jóvenes. Había verdaderos aficionados a los conciertos y pocos años después de la consumación de la Independencia, en 1825, se fundó una sociedad filarmónica en México.
En el Coliseo Nuevo, primero, y más tarde en el Gran Teatro Nacional, también denominado Teatro de Santa Anna, se llevaban a cabo funciones de ballet, ópera y, años después, de zarzuela. El éxito de las obras de dramaturgos mexicanos como Fernando Calderón y Manuel Eduardo Gorostiza, de las extranjeras ya clásicas de Shakespeare y Moliére, provocaba rivalidades entre las compañias del teatro.

En 1853 se fundó el primer Conservatorio Dramático de México, en el Teatro Principal, con el proósito de enseñar a los jóvenes el arte de la declamación.En general, el teatro gozó del intereés de distinto tipo de público a lo largo de todo el siglo, aunque, a finales de éste, apareció un nuevo motivo de atracción: el cine.

Los aparatos que inventaron Edison y Lumiére popularizaron el nuevo espectáculo que pronto pudo apreciarse en muchos lugares y aun en distintas partes de la República, hasta donde lo llevan los ambulantes.

En 1895, los hermanos Lumiére inventaron el proyecto de cine que daría la vuelta al mundo. El tamaño natural de la imágenes impresionó al público , que veía con asombro cómo se lograba "fijar" el movimiento de la imagen. De 1896 a 1915, las tomas privilegiadas eran observaciones de la realidad en la que aparecía la gente; y durante los primeros seis años del siglo XX apareció un cine documental.



Costumbrismo y pasajismo se impusieron

Cultura


El espíritu romántico le da mayor intensidad al propósito que anima al costumbrismo, de acercar a los espectadores o lectores a lo más concreto y específico de un tiempo y un lugar.


Las enseñanzas de Eugenio Landesio fructificaron en alumnos como Luis Coto, Salvador Murillo y en José María Velasco, en cuyas obras abundan los paisajes desde distintas perspectivas, pues de igual manera que mostró horizontes amplios del valle de México, también analizó fragmentos del paisaje con la mirada científica propia de su tiempo.


Al finalizar ese siglo y comenzar el nuevo, las figuras más notables dentro de la pintura serían Julio Ruelas, Saturnio Herrán, Joaquín clasusell y Gerardo Murillo, mejor conocido como el Doctor Atl. En su obra se nota la presencia de otros temas y de otras técnicas, a veces vinculadas con el modernismo.

En la pintura, extranjeros y mexicanos dejaron huella

Cultura
En el campo de la pintura, el siglo XIX tuvo un claro tinte romántico expresado de distintas maneras.
En México, las condiciones del país durante la primera mitad del siglo no permitieron que la Academia de San Carlos, fundada en el siglo XVIII bajo la influencia dominante del arte neoclásico cumpliera su función. En cambio, sí hubo manifestaciones artísticas valiosas fuera de ella, como la pintura de José Francisco Rodríguez, quien realizó retratos naturalistas de personajes de la historia y pintó escenas de acontecimientos importantes.
La litografía, traída a México por Claudio Linati y con la cual pudo dar a conocer las observaciones hechas durante sus viajes a lo largo del país. La litografía se convirtió pronto en un medio para que los tipos y las costumbres mexicanos dieran la vuelta al mundo en los libros de viajeros. Daniel Thomas Egerton, después de su visita, publicó una carpeta de Vistas de México por Egerton (1840).
Juan Cordero, de origen mexicano, fue quien realizó algunas pinturas murales en iglesias y en instituciones como la Escuela Nacional Preparatoria. El arribo a México del maestro italiano Eugenio Landesio vino a dar fuerza a una nueva escuela de pintura, la del paisaje.