La novela histórica fue muy exitosa en México entre 1868 y 1872. Las experiencias de la Guerra de Reforma y la invación francesa afectaron a los mexicanos profundamente y los novelistas fueron los que mejor respondieron a la inquietud por entender qué había pasado a la gente común y corriente.
Ignacio Manuel Altamirano publicó Clemencia en 1869 que se desarrollaba durante los años de la intervención. Un año antes Vicente Riva Palacio había publicado Martín Garatuza, que recreaba el mundo de la Colonia en el siglo XVII.
El gusto por la novela histórica se ha mantenido, así podemos ver que después de la Revolución se escribieron novelas que describían la que habían sido estos años para la población como la de Rafael F. Muñoz, ¡Vámos con Pancho Villa! o Los de abajo de Mariano Azuela.
En años más recientes Jorge Ibarguengöitia recreó la Independencia con Los pasos de López y Fernando del Paso escribió dos novelas históricas Palinuro de México en la cual aborda el Movimiento estudiantil de 1968 y Noticias del Imperio con una visión personal del Imperio de Maximiliano.
miércoles, 10 de marzo de 2010
La caricatura política de crítica y de oposición
La caricatura ha sido desde la aparición de la prensa un elemento importantísimo para conocer, expresar y transmitir la opinión que un sector de la población tiene sobre sus gobernantes.
Las caricaturas políticas sacan a la luz preocupaciones, críticas y necesidades de la sociedad por medio de la burla o la ironía. En ellas aparecen con rasgos exagerados o representado personajes distintos, los políticos de la época, y si para las personas de su tiempo los cartones servían meramente para reír, los historiadores los usan para entender escenarios políticos del pasado.
En México la tradición de la caricatura política existe desde la prensa de mediados del siglo XX, en la que había caricaturas que criticaban mordazmente a Juárez.
Las caricaturas políticas sacan a la luz preocupaciones, críticas y necesidades de la sociedad por medio de la burla o la ironía. En ellas aparecen con rasgos exagerados o representado personajes distintos, los políticos de la época, y si para las personas de su tiempo los cartones servían meramente para reír, los historiadores los usan para entender escenarios políticos del pasado.
En México la tradición de la caricatura política existe desde la prensa de mediados del siglo XX, en la que había caricaturas que criticaban mordazmente a Juárez.
Los cambios territoriales a lo largo de la historia
México empezó a ser una nación en 1821. En sus inicios la frontera estaba después de Centroamérica, región que se separó a los pocos años. En 1823, el estado de Chiapas que había pertenecido a la Capitanía y al Imperio de Iturbide, se había separado de México. En 1824 se anexó definitivamente a nuestro país, después de un plebiscito en el cual la mayoría de la población optó por México y no por Guatemala.
En el norte Texas, Nuevo México y California todavía eran parte del país. México tuvo una serie de cambios territoriales para llegar a ser lo que es hoy.
Cuando el vecino país del norte consideró que era su destino avanzar y expandirse hacia el oeste para llegar a tocar las costas del Pacífico, podríamos decir que México se encontraba en su camino y se desató una guerra a todas luces desigual.
Ulysses Grant, quién sería presidente norteamericano en 1869, dijo que se había tratado de "una de las guerras más injustas que jamás haya librado un país poderoso contra uno débil" , pero lo cierto es que en su momento la maýoría de la población norteamericana consideró tanto a la confrontación como la apropiaciónterritorial, justas y legítimas.
En el norte Texas, Nuevo México y California todavía eran parte del país. México tuvo una serie de cambios territoriales para llegar a ser lo que es hoy.
Cuando el vecino país del norte consideró que era su destino avanzar y expandirse hacia el oeste para llegar a tocar las costas del Pacífico, podríamos decir que México se encontraba en su camino y se desató una guerra a todas luces desigual.
Ulysses Grant, quién sería presidente norteamericano en 1869, dijo que se había tratado de "una de las guerras más injustas que jamás haya librado un país poderoso contra uno débil" , pero lo cierto es que en su momento la maýoría de la población norteamericana consideró tanto a la confrontación como la apropiaciónterritorial, justas y legítimas.
domingo, 21 de febrero de 2010
Los zapatistas y el Plan de Ayala
Antesala de la Revolución
Emiliano Zapata apoyó en un principio a Madero porque en el Plan de San Luis ofrecía la restitución de las tierras a los campesinos. Zapata no estuvo de acuerdo con la desmovilización de las tropas que se levantaron en apoyo al Plan de San Luis y se negó a entregar las armas.Madero lo convenció, pero una traición hizo que lo atacaran y no confió más en el presidente. Zapata luchaba por ellas desde antes del 20 de noviembre de 1910, por el despojo que habían sufrido las comunidades campesinas de Morelos por parte de los hacendados. Asistida por el profesos Otilio Montaño, una comisión redactó en Plan de Ayatla, en el cual insistía en las demandas por la tierra.
Emiliano Zapata apoyó en un principio a Madero porque en el Plan de San Luis ofrecía la restitución de las tierras a los campesinos. Zapata no estuvo de acuerdo con la desmovilización de las tropas que se levantaron en apoyo al Plan de San Luis y se negó a entregar las armas.Madero lo convenció, pero una traición hizo que lo atacaran y no confió más en el presidente. Zapata luchaba por ellas desde antes del 20 de noviembre de 1910, por el despojo que habían sufrido las comunidades campesinas de Morelos por parte de los hacendados. Asistida por el profesos Otilio Montaño, una comisión redactó en Plan de Ayatla, en el cual insistía en las demandas por la tierra.
Las rebeliones contra el gobierno maderista
Antesala de la Revolución
Mediante el Pacto de la Empacadora, un grupo antimaderista apoyó a Orozco para levantarse en armas. La campaña militar contra él llevó a la derrota al propio secretario de Guerra, el general Gónzalez Salas. Lo sucedió en general Victoriano Huerta, quien venció a Pascual Orozco en las batallas de Bachimba y Rellano.
El general Bernardo Reyes, de gran prestigio en el Ejército, y quien se pensaba que podría haber sido el sucesor de Porfifio Díaz. Reyes fracasó y fue hecho prisionero y llevado a la cárcel militar de Santiago Tlatelolco. El brigadier Félix Díaz, sobrino de don Porfirio, quien se levantó en armas en Veracruz, fue derrotado por el general Joaquín Beltrán y condenado a la pena de muerte, pero Madero prefirió que lo condujeran a la penitenciaría del Distrito Federal.
Mediante el Pacto de la Empacadora, un grupo antimaderista apoyó a Orozco para levantarse en armas. La campaña militar contra él llevó a la derrota al propio secretario de Guerra, el general Gónzalez Salas. Lo sucedió en general Victoriano Huerta, quien venció a Pascual Orozco en las batallas de Bachimba y Rellano.
El general Bernardo Reyes, de gran prestigio en el Ejército, y quien se pensaba que podría haber sido el sucesor de Porfifio Díaz. Reyes fracasó y fue hecho prisionero y llevado a la cárcel militar de Santiago Tlatelolco. El brigadier Félix Díaz, sobrino de don Porfirio, quien se levantó en armas en Veracruz, fue derrotado por el general Joaquín Beltrán y condenado a la pena de muerte, pero Madero prefirió que lo condujeran a la penitenciaría del Distrito Federal.
El ensayo democrático
Antesala de la Revolución
Francisco León de la Barra, como presidente interino, tuvo la misión de convocar a nuevas elecciones presidenciales y lograr que los rebeldes depusieran sus armas para garantizar la paz social. Los maderistas se dividieron porque esperaban que el candidato a la vicepresidenca fuera el doctor Francisco Vázquez Gómez, pero Madero prefirió a José María Pino Suárez. Madero arrasó en las elecciones y ocupó la Presidencia de la República al finalizar 1911.
En 1912 dio una prueba más de su respeto a las instituciones, con motivo de la elección de los diputados que integrarían ña XXVI Legislatura federal. Fueron elecciones por voto universal y directo a la Cámara tuvo una composición mixta con representantes de distintos partidos políticos, como el Constitucional Progresista (PCP), de filiación maderista, el Católico Nacional (PCN), el Liberal y el Popular Evolucionista, además de diputados independientes que no fueron postulados por partido alguno. En esa legislatura destacaron los debates entre los integrantes del llamado "cuadrilátero parlamentario", de oposición a Madero, contra sus partidiarios, entre los que destacaban Luis Cabrera, Félix F. Palavincini yt Gustavo A. Madero.
La insurrección maderista
Antesala de la Revolución
En 1908, un periodista estadounidense, James Creelman, publicó una entrevista que sostuvo con el general Porfirio Díaz en la que anunciaba que ya no se presentaría a buscar una nueva reelección. El periodo presindecial había pasado de cuatro a seis años y se había establecido la vicepresidencia. Francisco I. Madero, miembro de una acomodada familia de Coahuila, publicó un libro importante: La sucesión presidencial en 1910, en el que se manifestaba en contra de todo tipo de absolutismo en el ejercito del poder y llamaba al respeto al voto. Su lema fue "Sufragio efectivo, no reelección".
Madero organizó un Partido Anrireeleccionista y desarrollo por todo el país la primera gira electoral en la historia política de México. Don Porfirio no cumplió con la promesa hacha al periodista Creelman y sí fue candidato presidencial en 1910. Su oponente fue Madero, quien perdió en unas elecciones que no tuvieron la transparencia deseada. Madero, que estaba preso en la ciudad de San Luis Potosí, se escapó y en la ciudad de San Antonio, Texas, dio a conocer su Plan de San Luis, en el cual llamaba a la rebelión para el 20 de noviembre de ese año. El llamado tuvo éxito, a pesar de que los hechos no se precipitaron, salvo los acontecidos el día 18 en Puebla, cuando el líder obrero Aquiles Serdán fue atacado. En los primeros meses de 1911, el apoyo a Madero se dejó sentir y , tras algunos éxitos de pequeños enfrentamientos armados, se planteó el ataque a Ciudad Juárez, y en mayo de 1911 Porfirio Díaz presentó su renuncia y voluntariamente se exilió en Francia donde falleció en el año de 1915. Madero viajó de la fronera hasta la capital, a la que llegó triunfante el 6 de junio , día que ocurrió un terremoto.
En 1908, un periodista estadounidense, James Creelman, publicó una entrevista que sostuvo con el general Porfirio Díaz en la que anunciaba que ya no se presentaría a buscar una nueva reelección. El periodo presindecial había pasado de cuatro a seis años y se había establecido la vicepresidencia. Francisco I. Madero, miembro de una acomodada familia de Coahuila, publicó un libro importante: La sucesión presidencial en 1910, en el que se manifestaba en contra de todo tipo de absolutismo en el ejercito del poder y llamaba al respeto al voto. Su lema fue "Sufragio efectivo, no reelección".
Madero organizó un Partido Anrireeleccionista y desarrollo por todo el país la primera gira electoral en la historia política de México. Don Porfirio no cumplió con la promesa hacha al periodista Creelman y sí fue candidato presidencial en 1910. Su oponente fue Madero, quien perdió en unas elecciones que no tuvieron la transparencia deseada. Madero, que estaba preso en la ciudad de San Luis Potosí, se escapó y en la ciudad de San Antonio, Texas, dio a conocer su Plan de San Luis, en el cual llamaba a la rebelión para el 20 de noviembre de ese año. El llamado tuvo éxito, a pesar de que los hechos no se precipitaron, salvo los acontecidos el día 18 en Puebla, cuando el líder obrero Aquiles Serdán fue atacado. En los primeros meses de 1911, el apoyo a Madero se dejó sentir y , tras algunos éxitos de pequeños enfrentamientos armados, se planteó el ataque a Ciudad Juárez, y en mayo de 1911 Porfirio Díaz presentó su renuncia y voluntariamente se exilió en Francia donde falleció en el año de 1915. Madero viajó de la fronera hasta la capital, a la que llegó triunfante el 6 de junio , día que ocurrió un terremoto.
Disidencias, huelgas y represión
Antesala de la Revolución
Los periodistas siempre fueron críticos ante las injusticias cometidas por las autoridades, pero más tardaban en publicarlas que en ir a parar a la cárcel de Belén, si eran de la Ciudad de México, o a las cárceles locales, ya que lo disponía el poder presidencial se repetía en los estados. De entre los periodistas críticos más distinguidos sobresale Daniel Cabrera, con El hijo de Ahuizote. Más adelante comenzó a destacar Regeneración, de los hermanos Flores Magón; de ellos, Ricardo fue quien pasó más tiempo en prisión, pues fue recluido en la de San Juan de Ulúa, donde samente los hermanos Ricardo, Jesús y Enrique Flores Magón, en compañía del ingeniero Camilo Arriaga, Juan Sarabia y Antonio I. Villareal, formaron el nuevo Partido Liberal que en 1906 formuló un plan y un programa que planteaba un diagnóstico de la situación del país, y proponía un plan de acción.
La influencia de este partido se hizo sentir muy pronto en la huelga que en 1906 llevaron a cabo los trabajadores mineros en Cananea, Sonora por medio de la cual exigían la equidad salarial respecto a los trabajadores que venían de Estados Unidos de América y que tenían sueldos más altos. Otra huelga trajo como consecuencia una reprensión aun más drástica en Río Blanco, Veracruz, en la zona fabril de Orizaba.
Los círculos de obreros católicos, bajo el influjo de la encíclica Rerum Novarum del papa León XIII, desarrollaron principios para una legislación laboral justa.
Los periodistas siempre fueron críticos ante las injusticias cometidas por las autoridades, pero más tardaban en publicarlas que en ir a parar a la cárcel de Belén, si eran de la Ciudad de México, o a las cárceles locales, ya que lo disponía el poder presidencial se repetía en los estados. De entre los periodistas críticos más distinguidos sobresale Daniel Cabrera, con El hijo de Ahuizote. Más adelante comenzó a destacar Regeneración, de los hermanos Flores Magón; de ellos, Ricardo fue quien pasó más tiempo en prisión, pues fue recluido en la de San Juan de Ulúa, donde samente los hermanos Ricardo, Jesús y Enrique Flores Magón, en compañía del ingeniero Camilo Arriaga, Juan Sarabia y Antonio I. Villareal, formaron el nuevo Partido Liberal que en 1906 formuló un plan y un programa que planteaba un diagnóstico de la situación del país, y proponía un plan de acción.
La influencia de este partido se hizo sentir muy pronto en la huelga que en 1906 llevaron a cabo los trabajadores mineros en Cananea, Sonora por medio de la cual exigían la equidad salarial respecto a los trabajadores que venían de Estados Unidos de América y que tenían sueldos más altos. Otra huelga trajo como consecuencia una reprensión aun más drástica en Río Blanco, Veracruz, en la zona fabril de Orizaba.
Los círculos de obreros católicos, bajo el influjo de la encíclica Rerum Novarum del papa León XIII, desarrollaron principios para una legislación laboral justa.
La permanencia del grupo en el poder
Antesala de la Revolución
El propio presidente elaboraba, con sus más cercanos colaboradores, las listas de quienes debían ocupar los curules de las cámaras de Diputados y Senadores. Los gobiernos, jefes políticos y aun presidentes municipales permanecían en sus puestos si le eran útiles al sistema. Cada cuatro años había unas elecciones más formales que reales. El único contendiente de don Porfirio Díaz fue don Nicolás Zuñiga y Miranda, que no era tomado en serio por los electores.
Al final del primer gobierno de Díaz comenzó a destacar un grupo de profesionales que, a partir de 1884, colaboraron cada vez de manera más estrcha con el presidente, desde 1892 este grupo fue conocido como "los científicos" y era encabezado por José Yves Limatour. A dicho grupo pertenecían Justo Sierra, Francisco Bulnes, Pablo y Miguel Macedo, Rosendo Pineda y otros.
Éxito económico y costos sociales y políticos
Antesala de la Revolución
La característica central del Porfiriato fue desarrollo económico alcanzado por el país durante el último tercio del siglo XIX y los primeros años del XX. La minería conoció un nuevo auge, ahora enfocada hacia la producción de metales para la industria; la agricultura se dirigió a los cultivo extensivos de productos de exportación como el algodón y el henequén; el mercado interno se intensificó a partir del crecimiento de la red ferroviaria, que al final del gobierno de Díaz se acercó a los 20 kilómetros; la hacienda pública fue reorganizada, para lo cual se buscó erradicar al fin algunos lastres coloniales, como las alcabalas o aduanas internas. El balance entre ingresos y egresos de la Federación alcanzó un superávit egreso de capital.
Pero hubo dos elementos negativos en el progreso que se consolidaba en el país; la mala distribución de la riqueza y el estancamiento político.
La Ley de Terrenos Baldíos, promulgaba en 1883 con el propósito de que las tierras que no estuvieran produciendo, fueran vendidas a inmigrantes o a nacionales para que fueran cultivadas, afectó a los campesinos al despojar a muchosde ellos de sus tierras. Se trataba de una población que no recibía sus jornales en haciendas, si no que se les pagaba por medio de vales canjeables en las tiendas de raya.
Los trabajadores de las minas y la indusria desempeñaban jornadas de trabajo sin límite de tiempo, carecían de condiciones higiénicas, y los salarios eran asignados de manera arbitraria.
Las contradicciones del Porfiriato
Antesala de la Revolución
Porfirio Díaz ocupó el poder durante cuetro años, de 1877 a 1880, y regresó a la Presidencia a partir de diciembre de 1884, Los cuatro años en los que no fue Presidente de la República, ocupó ese cargo el general Manuel Gonzáles, quién gozaba de la confianza de don Porfirio.
Este personaje, que se había distinguido durante la guerra contra la Intervención francesa, se levantó contra Benito Juárez en 1872 con el Plan de Noria, peró fracasó en su intento. Luego lo hizó en contra del presidente Sebastián Lerdo de Tejada en 1876 con el Plan de Tuxtepec, y en esa ocasión sí logró los fines que se proponía. Finalmente ocupó la presidencia, de 1877 a 1880; pero a partir de que volvió a ser presidente en 1884, olvidó aquello por lo que había luchado.
Porfirio Díaz fue reelegido siete veces, lo que convirtió a su gobierno en una dictadura, o al menos en una autocracia. Estableció un sistema de control que él dirigía desde la Presidencia por medio de los gobernantes de los estados, muchos de los cuales también fueron reelegidos varias veces.
Porfirio Díaz ocupó el poder durante cuetro años, de 1877 a 1880, y regresó a la Presidencia a partir de diciembre de 1884, Los cuatro años en los que no fue Presidente de la República, ocupó ese cargo el general Manuel Gonzáles, quién gozaba de la confianza de don Porfirio.
Este personaje, que se había distinguido durante la guerra contra la Intervención francesa, se levantó contra Benito Juárez en 1872 con el Plan de Noria, peró fracasó en su intento. Luego lo hizó en contra del presidente Sebastián Lerdo de Tejada en 1876 con el Plan de Tuxtepec, y en esa ocasión sí logró los fines que se proponía. Finalmente ocupó la presidencia, de 1877 a 1880; pero a partir de que volvió a ser presidente en 1884, olvidó aquello por lo que había luchado.
Porfirio Díaz fue reelegido siete veces, lo que convirtió a su gobierno en una dictadura, o al menos en una autocracia. Estableció un sistema de control que él dirigía desde la Presidencia por medio de los gobernantes de los estados, muchos de los cuales también fueron reelegidos varias veces.
Arquitectura, música, teatro y cine
Cultura
En la arquitectura, el siglo XIX fue testigo de cambiodel estilo barroco al neoclásico. El Palacio de Minería, construido por Manuel Tolsá, es uno de los más notables ejemplos del estilo neoclásico que predominaba ya en los últimos tiempos de la Colonia.
El único arquitecto destacado durante el periodo que abarca de Santa Anna a Maximiliano es Lorenzo de la Hidalga, de origen español pero radicado en México, y que entre otras obras públicas y privadas construyó el Teatro Nacional. Las enseñanzas del italiano Javier Cavallari, quién lllegó a México a mediados de siglo, fueron bien aprovechadas por De la Hidalga y por otros arquitectos que recibieron de él la influencia romántica de la Escuela de Bellas Artes en París, pero fue al final de esta centuria, en tiempos de Porfiriato, cuando se desarrollaronobras arquitectónicas de mayor impostancia.
El Palacio de Bellas Artes (1904) es una muestra de arquitectura decimonómica, como lo son también el Edificio de Correos, el Palacio de Comunicaciones - hoy Museo Nacional de Arte -, el Casino Español, el Teatro Degollado en Guadalajara, el Mercado de San Francisco en Morelia, y el Hospital de Maternidad en Puebla.
La música tuvo oportunidad de desarrollarse en México por motivos distintos. Por una parte, seguía siendo importante para las familias acomodadas dar una educación que la incluyera, sobre todo para las jóvenes. Había verdaderos aficionados a los conciertos y pocos años después de la consumación de la Independencia, en 1825, se fundó una sociedad filarmónica en México.
En el Coliseo Nuevo, primero, y más tarde en el Gran Teatro Nacional, también denominado Teatro de Santa Anna, se llevaban a cabo funciones de ballet, ópera y, años después, de zarzuela. El éxito de las obras de dramaturgos mexicanos como Fernando Calderón y Manuel Eduardo Gorostiza, de las extranjeras ya clásicas de Shakespeare y Moliére, provocaba rivalidades entre las compañias del teatro.
En 1853 se fundó el primer Conservatorio Dramático de México, en el Teatro Principal, con el proósito de enseñar a los jóvenes el arte de la declamación.En general, el teatro gozó del intereés de distinto tipo de público a lo largo de todo el siglo, aunque, a finales de éste, apareció un nuevo motivo de atracción: el cine.
Los aparatos que inventaron Edison y Lumiére popularizaron el nuevo espectáculo que pronto pudo apreciarse en muchos lugares y aun en distintas partes de la República, hasta donde lo llevan los ambulantes.
En 1895, los hermanos Lumiére inventaron el proyecto de cine que daría la vuelta al mundo. El tamaño natural de la imágenes impresionó al público , que veía con asombro cómo se lograba "fijar" el movimiento de la imagen. De 1896 a 1915, las tomas privilegiadas eran observaciones de la realidad en la que aparecía la gente; y durante los primeros seis años del siglo XX apareció un cine documental.
Costumbrismo y pasajismo se impusieron
Cultura
El espíritu romántico le da mayor intensidad al propósito que anima al costumbrismo, de acercar a los espectadores o lectores a lo más concreto y específico de un tiempo y un lugar.
Las enseñanzas de Eugenio Landesio fructificaron en alumnos como Luis Coto, Salvador Murillo y en José María Velasco, en cuyas obras abundan los paisajes desde distintas perspectivas, pues de igual manera que mostró horizontes amplios del valle de México, también analizó fragmentos del paisaje con la mirada científica propia de su tiempo.
Al finalizar ese siglo y comenzar el nuevo, las figuras más notables dentro de la pintura serían Julio Ruelas, Saturnio Herrán, Joaquín clasusell y Gerardo Murillo, mejor conocido como el Doctor Atl. En su obra se nota la presencia de otros temas y de otras técnicas, a veces vinculadas con el modernismo.
En la pintura, extranjeros y mexicanos dejaron huella
Cultura
En el campo de la pintura, el siglo XIX tuvo un claro tinte romántico expresado de distintas maneras.
En México, las condiciones del país durante la primera mitad del siglo no permitieron que la Academia de San Carlos, fundada en el siglo XVIII bajo la influencia dominante del arte neoclásico cumpliera su función. En cambio, sí hubo manifestaciones artísticas valiosas fuera de ella, como la pintura de José Francisco Rodríguez, quien realizó retratos naturalistas de personajes de la historia y pintó escenas de acontecimientos importantes.
La litografía, traída a México por Claudio Linati y con la cual pudo dar a conocer las observaciones hechas durante sus viajes a lo largo del país. La litografía se convirtió pronto en un medio para que los tipos y las costumbres mexicanos dieran la vuelta al mundo en los libros de viajeros. Daniel Thomas Egerton, después de su visita, publicó una carpeta de Vistas de México por Egerton (1840).
Juan Cordero, de origen mexicano, fue quien realizó algunas pinturas murales en iglesias y en instituciones como la Escuela Nacional Preparatoria. El arribo a México del maestro italiano Eugenio Landesio vino a dar fuerza a una nueva escuela de pintura, la del paisaje.
Clásicos, románticos y modernos expresaron el siglo XIX
Cultura
Tres estilos de expresión artística igualmente ricos estuvieron presentes en el siglo XIX y en algunos momentos coexistieron. El primero de ellos se le conoce como neoclásico pues recuperaba los modelos clásicos. Este estilo inspiró a los hombres del siglo XVIII entusiasmados con el recionalismo y llegó a imperar cuando las academias de arte enseñaron los secretos del equilibrio de las formas y de la sobriedad de las líneas como un recurso para mostrar el orden de la naturaleza.
El romanticismo, externaba la afición por el color local y la expresión de los sentimientos. Se trata de un movimiento presente en Europa desde principios del siglo XIX que encontró, en las condiciones de vida de los países hispanoamericanos recién independizados, un terreno fértil para florecer.
El modernismo, se caracterizó por una idea de apertura y libertad muy distinta de la del frío neoclasicismo y del arrebatado romanticismo. Se acogían distintas novedades para ser expresadas en la literatura y el arte; fue un movimiento que apostaba al cambio estético y que, como todo lo moderno, se oponía a la tradición. La figura impulsora de esta literatura fue Manuel Gutiérrez Nájera. La Revista Moderna, fundada por Amado Nervo y Jesús Urueta, es una clara manifestación del modernismo.
Tres estilos de expresión artística igualmente ricos estuvieron presentes en el siglo XIX y en algunos momentos coexistieron. El primero de ellos se le conoce como neoclásico pues recuperaba los modelos clásicos. Este estilo inspiró a los hombres del siglo XVIII entusiasmados con el recionalismo y llegó a imperar cuando las academias de arte enseñaron los secretos del equilibrio de las formas y de la sobriedad de las líneas como un recurso para mostrar el orden de la naturaleza.
El romanticismo, externaba la afición por el color local y la expresión de los sentimientos. Se trata de un movimiento presente en Europa desde principios del siglo XIX que encontró, en las condiciones de vida de los países hispanoamericanos recién independizados, un terreno fértil para florecer.
El modernismo, se caracterizó por una idea de apertura y libertad muy distinta de la del frío neoclasicismo y del arrebatado romanticismo. Se acogían distintas novedades para ser expresadas en la literatura y el arte; fue un movimiento que apostaba al cambio estético y que, como todo lo moderno, se oponía a la tradición. La figura impulsora de esta literatura fue Manuel Gutiérrez Nájera. La Revista Moderna, fundada por Amado Nervo y Jesús Urueta, es una clara manifestación del modernismo.
Con la literatura, la historia y el arte también se formó la nación
Cultura
Los miembros de la Academia de Letrán, que como ya vimos funcionó en México a partir de 1836, estuvieron de acuerdo con dar a sus trabajos una orientacion nacionalista.
Guillermo Prieto, Manuel Payno, Justo Sierra O´Reilly e Ignacio Manuel Altamirano escribieron novelas con tramas que se desarrollaban en el ambiente de México, en la ciudad o en la provincia, pero siempre en México.
Las páginas de El fistol del diablo, La hija del judío, o La Navidad en las montañas, son expresiones distintas de una misma nación.
La Historia que se escribe en todo el siglo XIX tiene una condición semejante. Las preocupaciones políticas marcan la historia producida en la primera mitad, en la que los historiadores más célebres fueron participantes, directos o testigos, de la Guerra de la Independencia. Servando Teresa de Mier, Carlos María de Bustamante, Lorenzo de Zavala y Lucas de Aláman, en sus obras memorables dan cuenta de lo sucedido porque están seguros de que los acontecimientos son dignos de conocerse y recordarse para el mejor desenvolvimiento de la vida nacional.
Y en la última etapa del siglo, como un resultado de estos distintos esfuerzos por colocar a México en el centro de sus averiguaciones, varios autores dirigidos por Vicente Riva Palacio dan forma a México a través de los siglos, una obra será publicada muchas veces más a partir de 1884, cuando aparece el primer tomo.
Los miembros de la Academia de Letrán, que como ya vimos funcionó en México a partir de 1836, estuvieron de acuerdo con dar a sus trabajos una orientacion nacionalista.
Guillermo Prieto, Manuel Payno, Justo Sierra O´Reilly e Ignacio Manuel Altamirano escribieron novelas con tramas que se desarrollaban en el ambiente de México, en la ciudad o en la provincia, pero siempre en México.
Las páginas de El fistol del diablo, La hija del judío, o La Navidad en las montañas, son expresiones distintas de una misma nación.
La Historia que se escribe en todo el siglo XIX tiene una condición semejante. Las preocupaciones políticas marcan la historia producida en la primera mitad, en la que los historiadores más célebres fueron participantes, directos o testigos, de la Guerra de la Independencia. Servando Teresa de Mier, Carlos María de Bustamante, Lorenzo de Zavala y Lucas de Aláman, en sus obras memorables dan cuenta de lo sucedido porque están seguros de que los acontecimientos son dignos de conocerse y recordarse para el mejor desenvolvimiento de la vida nacional.
Y en la última etapa del siglo, como un resultado de estos distintos esfuerzos por colocar a México en el centro de sus averiguaciones, varios autores dirigidos por Vicente Riva Palacio dan forma a México a través de los siglos, una obra será publicada muchas veces más a partir de 1884, cuando aparece el primer tomo.
Asociaciones e instituciones para orientar la cultura
Cultura
Las asociaciones culturales mexicanas del siglo XIX fueron herederas de las que se habían formado desde el siglo XVIII en el mundo occidental, siguiendo las pautas de la Ilustración. En el México nacional, algunos grupos de hombres educados tambien se dieron a la tarea de abrir nuevos espacios para fomentar y difundir las ciencias y las artes.
Ese tipo de asociaciones tuvo su apogeo en las décadas de 1830 y 1840, aunque fueron más existosas, por haber durado más, las que se crearon en la sefunda mitad del siglo XIX. Se formaron a lo largo del siglo la Sociedad Pública de Lectura, organizada por José Joaquín fernández de Lizardi con el fin de facilitar la lectura y la ilustración del pueblo; la Sociedad de Literarios encargada de publicar el Registro Trimestre, primera revista científica del México independiente; el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (1833), que hasta el día de hoy existe bajo el nombre de Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística; el Liceo Artístico y Literario y la Academia de Letrán, ambos fundados en 1836. Esta última se destaca por la labor en favor de la litertura de personajes mexicanos de distintas edades y pertenecientes a diversas corrientes ideológicas, como Andrés Quintana Roo, Lucas Aláman, Ignacio Ramírez y Guillermo Prieto.
En 1841, el A teneo mexicano congregó a personajes de las diferentes ciencias dispuestos a organizar cátedras de temas como geografía, industria y botánica, y a establecer una biblioteca y una hemeroteca.
En los años del triunfo republicano, de 1867 en adelante, fueron innumerables las asociaciones e instituciones que tomaron la decisión de extender la cultura en la capital y en distintos lugares de la República. Entre las más notorias se cuentan la Academia Nacional de Ciencias y Literatura, fundada en 1870, la Sociedad Cátolica y el Liceo Mexicano.
Las asociaciones culturales mexicanas del siglo XIX fueron herederas de las que se habían formado desde el siglo XVIII en el mundo occidental, siguiendo las pautas de la Ilustración. En el México nacional, algunos grupos de hombres educados tambien se dieron a la tarea de abrir nuevos espacios para fomentar y difundir las ciencias y las artes.
Ese tipo de asociaciones tuvo su apogeo en las décadas de 1830 y 1840, aunque fueron más existosas, por haber durado más, las que se crearon en la sefunda mitad del siglo XIX. Se formaron a lo largo del siglo la Sociedad Pública de Lectura, organizada por José Joaquín fernández de Lizardi con el fin de facilitar la lectura y la ilustración del pueblo; la Sociedad de Literarios encargada de publicar el Registro Trimestre, primera revista científica del México independiente; el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (1833), que hasta el día de hoy existe bajo el nombre de Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística; el Liceo Artístico y Literario y la Academia de Letrán, ambos fundados en 1836. Esta última se destaca por la labor en favor de la litertura de personajes mexicanos de distintas edades y pertenecientes a diversas corrientes ideológicas, como Andrés Quintana Roo, Lucas Aláman, Ignacio Ramírez y Guillermo Prieto.
En 1841, el A teneo mexicano congregó a personajes de las diferentes ciencias dispuestos a organizar cátedras de temas como geografía, industria y botánica, y a establecer una biblioteca y una hemeroteca.
En los años del triunfo republicano, de 1867 en adelante, fueron innumerables las asociaciones e instituciones que tomaron la decisión de extender la cultura en la capital y en distintos lugares de la República. Entre las más notorias se cuentan la Academia Nacional de Ciencias y Literatura, fundada en 1870, la Sociedad Cátolica y el Liceo Mexicano.
Periódicos y folletos para hacer política
Cultura
Entre los periodicos notables de los primeros tiempos están En Águlia Mexicana y El Sol en los que participaron individuos como Lorenzo de Zavala y Lucas Aláman con el ánimo de convencer a los lectores de sus argumentos en defensa del federalismo o del centralismo de la república, o de las bondades de la monarquía. Fueron fundamentales El Siglo XIX y El Monitor Republicano. Ambos se publicaron por varias décadas a partir de 1841 y 1844, y mostraron inclinación por el liberalismo.
Se la ha llamado prensa doctrinaria por que los debates que se daban en ella era sobre todo de ideas; no se trataba de una prensa de noticias como la de finales del siglo, representada por el periódico mederno El Imparcial fundado por Rafael Reyes Spíndola, en 1896.
Además de aparecer en los periódicos, lo hicieron en la folletería. Hojas volantes y publicaciones ocasionales de pocas páginas servían para dirigir la opinión de unos lectores que pasaban de mano en mano los impresos o los leían en voz alta a otros oyentes, consiguiendo interesarlos en sus temas por el ingenio de sus títulos y de su lenguaje.
José Joaquín Fernández de Lizardi, conocido como " El pensador mexicano" y autor de El periquillo sarniento", es el ejemplo más brillante de quienes con la pluma y la prensa lograron atraer a un número creciente de mexicanos al conocimiento de asuntos como ése, desde la primera década de vida independiente.
Nuevas expresiones de desigualdad social. Levas y bandolerismo
Sociedad y vida cotidiana
Estaba la desigualdad provocada por algunas leyes. Entre las disposicones existió una que eliminaba la condición de ciudadano, es decir, negaba la posibilidad de votar a aquel que fuera sirviente.
Se trataba de medidas legislativas y judiciales que perseguían la pobreza en lugar de trabajar para eliminarla. Esto contribuía a que muchos individuos vivieran una marginación social que, ésta ligada con la existencia del bandolerismo.
Las investigaciones muestran que la delincuencia no necesariamente se explica por la pobreza, pues en el siglo XIX abundan los ejemplos de miembros de las clases acomodadas vinculados con el bandolerismo.
los bandidos obtenían ganancias por medio de asaltos, plagios y raptos, y sólo en la medida en que fueron endureciendo los castigos, pudo erradicarse su actividad. Durante décadas el gobierno incapaz de someter al bandolerismo, cuyo origen se veía en la incapacidad de los gobiernos locales por ejercer un dominio real en sus territorios.
Para controlar los desórdenes, el gobierno echaba mano de gendarmes y de "rurales". Durante el Porfiriato, se centralizó el control de las fuerzas públicas, aunque no aumento mucho el número de elementos que las formaban.
Sirvientes y peones; artesanos y obreros
Sociedad y vida cotidiana
Al final del Virreinato los peninsulares formaban la partemás encumbrada y pequeña de la pirámide social, seguidos por criollos, mestizos y moyordomos de fincas, y al final, por los peonesy jornaleros, después de la Independencia las élites estaban construidas por políticos, militares e intelectuales; en el grupo medio se ubicaban los artesanos, comerciantes y propietarios de talleres, y en los estratos inferiores, muy próximos a la misería, astabn albañiles, tocineros, porteros, conductores de carros de basura, empedradores de calles.
Hasta arriba se encontraban grandes comerciantes, rancheros, arrendatarios de haciendas y administradores ; más bajo tenderos, después artesanos y trabajadores de minas y arrieros, y en la parte inferior, inigenas.
sábado, 20 de febrero de 2010
Diversiones y entretenimientos para pocos y para muchos
Sociedad y vida cotidiana
Con los nuevos gobiernos no faltaban las celebraciones de cáracter cívico que incluían desfiles, festejos y hasta un Te deum, es una larga lista de celebraciones religiosas que abarcaban lols oficios de rigor como la Semana Santa, el Día de Muertos y la Nochebuena. Las fiestas de la Virgende Guadalupe y de la Virgen de San Juan de los Lagos, convocaron a muchísimos fieles. Además se festejaban bautizos, matrimonios e incluso defunciones.
Después de 1830, los restaurantes y los cafés se sumaron a las tertulias junto con y los juegos de cartas, la temporada de ópera, los toros, el circo y las peleas de gallos, que eran exelentes motivos de reunión. La ópera congregaba a las clases acomodadas; a los toros y las peleas de gallos asistían también las clases populares.
Las actividades teatrales se le encargaron al Ayuntamiento de la Ciudad de México y la asistencia siguió revelando que no era lo mismo pertenecer a la élite que formar parte de otros grupos sociales. La fiesta de fin de año y los carnavales eran motivo de organización de bailes suntuosos para los más acomodados.
Vivir en el campo o en la ciudad: ¡qué diferencia!
Sociedad y vida cotidiana
La mayoría de la población era rural. Para los años sesenta del siglo XIX, casi siete millones de mexicanos vivían en el campo, mientras que sólo dos millones lo hacían en la ciudad. De éstos 600 mil habitaban en ciudades como la de México, Guadalajara, Puebla y Guanajuato, y en que se concentraba la industria.
La enorme dipersión de los habitantes del campo significaba para los propósitos del gobierno, que pretendía hacer llegar la instrucción a todas partes, es lo que sucedía con la población indígena. Los pueblos de indios desde antes de la Independencia se habían visto obligados por las disposiciones de las Cortes españolas a dar un aporte a los ayuntamientos con lo que reunían en las cajas de comunidad, en lugar de pagar a sus maestros la escuela.
La falta de oportunidad para recibir instrucción es sólo una muestra del abandono en que vivió una inmensa cantidad de la población mexicana. Si a esto se le agrega que 80 por ciento de los habitantes se dedicaba a agricultura.
Las ciudades se distinguieron por concentrar los afanes de modernización presentes desde el siglo XVIII pero se veían con mayores posibilidades una vez terminada la Guerra de Independencia. En barrios elegantes y zonas comerciales se advertía que pavimetar las calles, contar con drenajey alumbrado, procurar un servicio de limpieza, el transporte y las viviendas confortables eran elementos indispensables para una vida moderna.
La población creció y fue díspareja su distribución en el territorio
Sociedad y vida cotidiana
El crecimiento de la población durante las primeras décadas de la vida nacional fue lento pero alcanzó la cifra de siete millones al llegar a la mitad del siglo. Su distribución fue desigual. Se concentraba sobre todo en la zona central, y en algunas regiones formadas en torno a las viejas ciudades coloniales como Puebla, Guadalajara y Veracruz, regiones donde la agricultura y las manufacturas eran prósperas.
En el norte también captó población el sistema regional integrado por Monterrey, que alcanzaba San Luis Potosí, Chihuahua, Matamoros y Reynosa. El Pacífico norte y el Golfo de México permanecieron como regiones con pocos habitantes, en cambio en Oaxaca sí aumentó la población.
El desplazamiento de la población por distintos motivos se dio sobre todo hacia las ciudades, algunos iban en busca de seguridad , otros en busca de trabajo. La que más creció fue la Ciudad de México.
El crecimiento de la población durante las primeras décadas de la vida nacional fue lento pero alcanzó la cifra de siete millones al llegar a la mitad del siglo. Su distribución fue desigual. Se concentraba sobre todo en la zona central, y en algunas regiones formadas en torno a las viejas ciudades coloniales como Puebla, Guadalajara y Veracruz, regiones donde la agricultura y las manufacturas eran prósperas.
En el norte también captó población el sistema regional integrado por Monterrey, que alcanzaba San Luis Potosí, Chihuahua, Matamoros y Reynosa. El Pacífico norte y el Golfo de México permanecieron como regiones con pocos habitantes, en cambio en Oaxaca sí aumentó la población.
El desplazamiento de la población por distintos motivos se dio sobre todo hacia las ciudades, algunos iban en busca de seguridad , otros en busca de trabajo. La que más creció fue la Ciudad de México.
Un buen deseo: educación para todos
Un buen deseo: educación para todos
Unas de las pruebas del interés que tenían por destacar ese valor fue la disposición, en 1830, de que sólo podrían ejercer el voto los ciudadanos mayores de 18 años que supieran leer y escribir.
Los particulares iniciaron la fundación de escuelas para enseñar a niños y niñas a leer, escribir y contar, proporcionándoles conocimientos considerados apropiados para cada sexo.
La escuela lancasteriana, fundada en 1822, fue especialmente efectiva porque permitía atender a más alumnos en menos tiempo. La educación que hoy llamamos secundaria proporcionaba bases para seguir una educación universitaria, siguiendo el modelo fránces.
Las prácticas coloniales que exigían a las personas ciertas caracteristícas como la limpieza de sangre o la pertenencia a un grupo social para tener acceso a la educación se fueron perdiendo. Y, en cambio, ganó simpatías la propuesta de que la instrucción debáa ser universal.
En 1867, siendo Juárez el presidente, promulgó una ley para que la educación elemental fuera gratuita y obligatoria, y decretó la fundación de la Escuela Nacional Preparatoria con base en los planes de estudio propuestos por Gabino Barreda. Se trataba de una institución que tenía el firme propósito de dar formación científica a los jóvenes, de acuerdo con los postulados de la filosofía positivista que había puesto en circulación Augusto Comte.
En las últimas décadas del siglo XIX, el apoyo a la educación fue más decidido y específico; se fundó la Escuela Normal destinada a formar a los maestros; se celebraron congresos con el fin de tomar acuerdos acerca de materias de estudio, métodos de enseñanza y medidas de higiene que se debían emplear para mejorar la preparación de los alumnos, éstas y otras acciones relacionadas con el fortalecimiento de la educación pública mostraron la esperanza que abrigaban los gobiernos y la sociedad de resolver problemas de desarrollo, atendiendo el quehacer educativo. Las escuelas de artes y oficios, y las profesionales para formar médicos, abogados, ingienieros y arquitectos, tambíen recibieron el respaldo del Estado.
El individuo es más iportante que las corporaciones
Sociedad y vida cotidiana
En la medida en que se consolidaban las instituciones liberales, se hacía más notorio que era la condición del individuo la que interesaba reforzar. Sus derechos se colocaban por encima de los que tenían las corporaciones.
Los privilegios de los que gozaban instituciones corporativas como la Iglesia y el Ejército, o los que habían obtenido agrupaciones como las de los comerciantes, fueron quedando atrás. Se esperaba que las leyes respaldaran a los individuos para que ejercieran su capacidad política, económica, educativa y religiosa conla mayor libertad; sin depender de ningún organismo o sector de la sociedad que tomara decisiones por él.
En la medida en que se consolidaban las instituciones liberales, se hacía más notorio que era la condición del individuo la que interesaba reforzar. Sus derechos se colocaban por encima de los que tenían las corporaciones.
Los privilegios de los que gozaban instituciones corporativas como la Iglesia y el Ejército, o los que habían obtenido agrupaciones como las de los comerciantes, fueron quedando atrás. Se esperaba que las leyes respaldaran a los individuos para que ejercieran su capacidad política, económica, educativa y religiosa conla mayor libertad; sin depender de ningún organismo o sector de la sociedad que tomara decisiones por él.
Las normas de la Iglesia ya no eran las únicas
Sociedad y vida cotidiana
La Constitución de 1824, estableció que la religión era y sería perpetuamente la católica, apostólica y romana, y que la nación la protegería con leyes sabías y justas, prohibiendo el ejercito de cualquier otra. En todo el mundo occidental se respiraban aires de libertad que se oponían a la obediencia de la Iglesia, y se promovía la tolerancia religiosa.
Ambas situaciones tenían que ver con las ideas ilustradas difundidas en el siglo XVIII, y con las del liberalismo que tomaron fuerza en el XIX, en las que se abrigaba la esperanza de que la libertad progresara, algo que no se creía posible si dominaban los principios de una Iglesia a la que se consideraba dogmática y contraria las aspiraciones liberales.
Para 1857, el avance del liberalismo en México logró que se eliminara en al nueva Constitución la disposición de que la religión oficial del Estado fuera la católica.
La afirmación del poder civil sobre el eclesiástico sería definitiva para lograr la secularización de la propia racionalidad de los individuos y al margen de los dictados de la Iglesia.
La Constitución de 1824, estableció que la religión era y sería perpetuamente la católica, apostólica y romana, y que la nación la protegería con leyes sabías y justas, prohibiendo el ejercito de cualquier otra. En todo el mundo occidental se respiraban aires de libertad que se oponían a la obediencia de la Iglesia, y se promovía la tolerancia religiosa.
Ambas situaciones tenían que ver con las ideas ilustradas difundidas en el siglo XVIII, y con las del liberalismo que tomaron fuerza en el XIX, en las que se abrigaba la esperanza de que la libertad progresara, algo que no se creía posible si dominaban los principios de una Iglesia a la que se consideraba dogmática y contraria las aspiraciones liberales.
Para 1857, el avance del liberalismo en México logró que se eliminara en al nueva Constitución la disposición de que la religión oficial del Estado fuera la católica.
La afirmación del poder civil sobre el eclesiástico sería definitiva para lograr la secularización de la propia racionalidad de los individuos y al margen de los dictados de la Iglesia.
Las regiones y los paisajes también cambiaban con el siglo
Situación económica
El país que se independizó de España mantuvo la traza de muchas de las regiones que se habían ido conformando en los siglos de vida colonial. Se agragaron durante un tiempo muy breve las Provincias de Centroamérica y después Chiapas. La delimitación no cambió demasiado cuando se impuso el sistema federal, pues se aprovechó la existencia de la división en intendencias y gobiernos, y se les convirtió es estados. Sólo se crearon Querétaro y Tabasco como dos estados más; las dos Californias, Nuevo México y Tlaxcala fueron considerados territorios federales; no se gobernaban como los estados sino que dependían del gobierno de la federación.
Lo que sí fue cambiando conforme pasaba el tiempo fue la fisonomía de esas regiones: en el sistema federal los estados gozaban de una relativa independencia de gobierno; esto motivó que las capitales y los ayuntamientos constitucionales adquirieran importancia, al mismo tiempo que la perdían los pueblos de indios. Las disposiciones de los gobiernos liberales provocaron también algunos cambios en el campo, porque su rechazo a la propiedad comunal de la tierra hizo que se dividiera de manera distinta y que la población se distribuyera de otro modo.
En las poblaciones de la frontera norte tuvo repercusiones la rápida expansión de Estados Unidos de América hacia el oeste, sobre todo a la mitad del siglo.Se abrió una ruta que iba de Nuevo México y California a Texas, por lo que muchos sitios de toda esta región fueron ocupados por estadounidenses.
El aumento de la población y el fortalecimiento de los mercados incrementó la producción de algunos cultivos como la caña de azúcar, el algodón, el henequén, el café y el trigo. Esta agricultura le dio dinamismo a regiones como el valle del Yaqui, los valles de México y el de Atlixico, Puebla, Morelos y Yucatán.
Apoyar el comercio exigía abrir rutas de comunicación
Situación económica
El problema de la comunicación fue un gran obstáculo a vencer durante más de medio siglo, aunque algunos espacios del territorio buscaron formas de entrar en contacto con los países vecinos para aprovechar las ventajas de la liberación del comercio. Los estados del norte, se vincularon con Missouri en Estados Unidos de América y Yucatán lo hizo con Jamaica, en el Caribe, y con Nueva Orleans. Todo con la finalidad de intercambiar productos.
Los estados del centro del país resistieron la falta de comunicación y quedaron aislados de los circuitos de ciudades que por su cercanía con los puertos se beneficiaron también de su comercio. Tampico, Guaymas y Mazatlán comenzaron a crecer en importancia.
Ese intercambio comercial del que tanta prosperidad esperaban los liberales no se lograba en todo el país. El gobierno de Benito Juárez no dudó en aceptar el contrato hecho entre el imperio de Maximiliano y los inversionistas estadounidenses para proceder a su construcción o aunque la línea que uniría a la Ciudad de México con Veracruz estuvo lista hasta 1872. Durante el porfiriato la red de ferrocarriles creció en forma acelerada y todas las ciudades de más de 25 000 habitantes tuvieron acceso a este medio de comunicación.
La minería, la agricuñtura y la industria necesitaban impulsos
Situación económica
La reactivación del trabajo en las minas se daría sobre todo en la última parte del siglo XIX, en un momento en el que el crecimiento de la industrialización exigiría que además del oroy la plata se extrajeran cobre, mercurio, plomo y zinc.
En materia de agricultura, en la primera etapa se mantuvo la producción de lo que se consumía en espacios restringidos, puesto que los circuitos comerciales eran pequeño. Una diferencia notable se dio entre los campesinos productores de cultivos básicos y los propietarios de tierras dedicadas a cultivos comerciales.
Los lugares con mayor concentración de población producían más cereales, así sucedía en el centro de la República y en el Bajío; la caña de azúcar de cultivaba en Morelos y, en cambio, los productos de exportación como la grana cochinilla, el añil, el palo de tinte, la vainilla, la madera y el café llegaban de los estados del sur: Oaxaca, Tabasco, Chiapas y Campeche. El norte no era un espacio para el ganado.
El interés por la industria fue característico de algunos mexicanos como Lucas Aláman y Esteban de Antuñano, que después de la consumación de la Independencia establecieron manufacturas para la industria textil. Con el fin de apoyarla se crearon instituciones capitalistas como el Banco del Avío, que tuvo una vida demasiado corta pues abrió en 1830 y se cerró en 1842.A pesar de las dificultades que atravasaba el país, la industria textil prosperó. Entre 1830 y 1879cambió sus modos de producción de husos y telares a maquinaria.
La reactivación del trabajo en las minas se daría sobre todo en la última parte del siglo XIX, en un momento en el que el crecimiento de la industrialización exigiría que además del oroy la plata se extrajeran cobre, mercurio, plomo y zinc.
En materia de agricultura, en la primera etapa se mantuvo la producción de lo que se consumía en espacios restringidos, puesto que los circuitos comerciales eran pequeño. Una diferencia notable se dio entre los campesinos productores de cultivos básicos y los propietarios de tierras dedicadas a cultivos comerciales.
Los lugares con mayor concentración de población producían más cereales, así sucedía en el centro de la República y en el Bajío; la caña de azúcar de cultivaba en Morelos y, en cambio, los productos de exportación como la grana cochinilla, el añil, el palo de tinte, la vainilla, la madera y el café llegaban de los estados del sur: Oaxaca, Tabasco, Chiapas y Campeche. El norte no era un espacio para el ganado.
El interés por la industria fue característico de algunos mexicanos como Lucas Aláman y Esteban de Antuñano, que después de la consumación de la Independencia establecieron manufacturas para la industria textil. Con el fin de apoyarla se crearon instituciones capitalistas como el Banco del Avío, que tuvo una vida demasiado corta pues abrió en 1830 y se cerró en 1842.A pesar de las dificultades que atravasaba el país, la industria textil prosperó. Entre 1830 y 1879cambió sus modos de producción de husos y telares a maquinaria.
Los bienes de la Iglesia debían cambiar de dueño
Situación económica
Las medidas tomadas por los gobiernos liberales para disminuir el poder económico de la Iglesia tuvieron efecto; desde 1840 el poder civil ya no presionaba para que se pagara el diezmo y, al recibir menos ingresos, la Iglesia también dejó de prestar dinero al gobierno.
El unicó recurso para allegarse más fondos consistio en la aplicación de las leyes de desamortización y nacionalización que formaron parte de las Leyes de Reforma. Se trataba de despojar a las corporaciones de sus propiedades , en especial a la Iglesia y las comunidades que no producían, y de ponerlas a la venta. Si se lograba formar una clase media de propietarios emprendedores y productivos, se cumpliría con el objetivo de activar la economía.
Se produjo un cambio de propietarios, y se incorporaron nuevos sectores a la actividad económica, pero no se resolvió la situación de inmediato. Durante el gobierno de Juárez, una vez que concluyó el Imperio de Maximiliano, los ministros de Hacienda se preocuparon porque disminuyera el monto de la deuda. La reducción del Ejército, la reorganización de los pagos y la planeación del presupuesto fueron pasos importantes para sanear las finanzas.
Otras medidas como atraer más inversionistas y colonos y extender las redes de comunicación , fueron ayudando a que se transformara la actividad mercantily productiva en el país. El estancamiento de las finanzas que duró alrededor de veinte años, desde 1860 hasta 1880, fue quedando atrás, y desde 1875 comenzó a mejorar la situación de la hacienda pública.
De todos modos faltaban recursos
Situación económica
Se hacían negocios entre particulares y la ganancia era para los prestamistas, de manera que por muchos años la situación del gobierno siguió siendo desesperada.
Morelos quiso aligerar las cargas que implicaba el pago de tributos y de alcabalas; e Iturbide también eliminó, entre otros impuestos, los de la venta de productos, con el ánimo de disminuir el descontento de los aristócratas después de la Independencia. Muy pronto tuvo que solicitar un préstamo al Tribunal Mecantil del Consulado, a los comerciantes que junto con algunos productores fueron los más beneficiados porque al no pagar impuestos incrementaron sus utilidades.
No hubo grandes diferencias entre el modo en que los gobiernos liberales y conservadores manejaron el problema de la hacienda. Unos y otros intentaban reformar el sistema hacendario para salvar la situación.
¿Era libre el comercio en el siglo XIX?
Situación económica
Impulsar el comercio fue una aspiración de muchos mexicanos en el siglo XIX y, especialmente los gobiernos liberales aplicaron medidas para fomentarlo. Durante décadas, perduró el cáracter local y regional del intercambio; y también, el interés de los comerciantes de acumular las ganancias en lugar de invertirlas para incrementar la circulación de los productos. Resultó difícil cumplir con las disposiciones del Estado de que en todo el territorio se uniformaran los pesos y medidas para regular las operaciones comerciales. Esa institución que mantenía a lpos trabajadores del campo endeudados con el dueño de la hacienda, pues en lugar de pagarles con dinero, lo hacía con aquello que les resultaba indispensable para la subsistencia que siempre era más de lo que podrían comprar con su salario.
El comercio con el exterior tampocofue muy favorable durante buena parte del siglo. México, era un país exportador de metales y productos del campo, y tenía que comprar a otras naciones casi todo lo que fuera productos manufacturados, incluyendo los textiles.Lo que procuraron los gobiernos liberales fue cobrar impuestos altos por las importaciones, para conseguir los ingresos que tanta falta hacían.
Poco a poco, se fueron abriendo más comercios, muchos de ellos estaban en manos de extranjeros que se establecieron en diversas regiones del territorio nacional. Además de acumular capitales y hacer negocios especulativos, los comerciantes invirtieron en otras actividades productivas como la industria textil.
Impulsar el comercio fue una aspiración de muchos mexicanos en el siglo XIX y, especialmente los gobiernos liberales aplicaron medidas para fomentarlo. Durante décadas, perduró el cáracter local y regional del intercambio; y también, el interés de los comerciantes de acumular las ganancias en lugar de invertirlas para incrementar la circulación de los productos. Resultó difícil cumplir con las disposiciones del Estado de que en todo el territorio se uniformaran los pesos y medidas para regular las operaciones comerciales. Esa institución que mantenía a lpos trabajadores del campo endeudados con el dueño de la hacienda, pues en lugar de pagarles con dinero, lo hacía con aquello que les resultaba indispensable para la subsistencia que siempre era más de lo que podrían comprar con su salario.
El comercio con el exterior tampocofue muy favorable durante buena parte del siglo. México, era un país exportador de metales y productos del campo, y tenía que comprar a otras naciones casi todo lo que fuera productos manufacturados, incluyendo los textiles.Lo que procuraron los gobiernos liberales fue cobrar impuestos altos por las importaciones, para conseguir los ingresos que tanta falta hacían.
Poco a poco, se fueron abriendo más comercios, muchos de ellos estaban en manos de extranjeros que se establecieron en diversas regiones del territorio nacional. Además de acumular capitales y hacer negocios especulativos, los comerciantes invirtieron en otras actividades productivas como la industria textil.
Las inversiones llegaron de fuera
Situación económica
Hombres de negocios de distintos países encontraron en México una oportunidad para las inversiones. Liberado el comercio, parecía ser un territorio apropiado para que compañías manufactureras y mercantiles se ubicaran en distintos puntos del país, especialmente en la capital.
La situación político-militar no fue propicia para que se diera un intercambio de comercio favorable. Los jefes militares aprovechaban el control que ejercían en su zona para brindar protección a las actividades comerciales, y así obtener su propia ganancia. Esto sucedió, a quienes resguardaban las rutas de mercancía entre ciudades importantes como Veracruz y México.
Hombres de negocios de distintos países encontraron en México una oportunidad para las inversiones. Liberado el comercio, parecía ser un territorio apropiado para que compañías manufactureras y mercantiles se ubicaran en distintos puntos del país, especialmente en la capital.
La situación político-militar no fue propicia para que se diera un intercambio de comercio favorable. Los jefes militares aprovechaban el control que ejercían en su zona para brindar protección a las actividades comerciales, y así obtener su propia ganancia. Esto sucedió, a quienes resguardaban las rutas de mercancía entre ciudades importantes como Veracruz y México.
lunes, 15 de febrero de 2010
Billetes en lugar de monedas
Situación económica
El gobierno de Agustín de Iturbide, enfrentó una situación muy complicada en materia política; con motivo de la guerra la producción agricola y minera había descendido, y para contestarlos efectos de la falta de circulación monetaria se decidió la emisión d papel moneda por un valor de 4 millones de pesos.
El gobierno de Agustín de Iturbide, enfrentó una situación muy complicada en materia política; con motivo de la guerra la producción agricola y minera había descendido, y para contestarlos efectos de la falta de circulación monetaria se decidió la emisión d papel moneda por un valor de 4 millones de pesos.
Con el tiempo, en vista de que se trataba de una situación irregular, ese tipo de papel moneda desapareció, y fue en el gobierno de Maximiliano que se creó una institución bancaria, el Banco de Londres, México y Sudamérica, y circularon los primeros billetes. Se había logrado ya tner confianza en una moneda metalica. Años más tarde, en 1879, instituciones como el Monte de Piedad y después el Banco Nacional de México fueron autorizadas a emitir billetes que serían los únicos admitidos en las oficinas recaudadoras de la federación.
En el ámbito regional, también surgieron bancos locales en Chihuahua, Durango, Zacatecas y Nuevo León: los billetes que emitían no podían circular fuera de sus jurisdicciones pero, indudablemente estas instituciones dieron un gran respaldo a la organización financiera del país. Los créditos que consedian apoyaron a la expanción del comercio, la industria y la minería.
En el ámbito regional, también surgieron bancos locales en Chihuahua, Durango, Zacatecas y Nuevo León: los billetes que emitían no podían circular fuera de sus jurisdicciones pero, indudablemente estas instituciones dieron un gran respaldo a la organización financiera del país. Los créditos que consedian apoyaron a la expanción del comercio, la industria y la minería.
Fue más difícil obtener recursos que contraen deudas
Situación económica
México, dentro del sistema capitalista que se fortalecía cada vez más, era un país que vendía materias primas, como los metales y algunos cultivos, y esa posición, no eran suficientes. Se habían roto los lazos de la comunicación en el territorio y no era posible que el Estado solucionara el cobro de impuestos, de tal modo que los gastos del propio gobierno no podían cubrirse. Los recursos que se conseguían en las aduanas debían emplearse en pagos a los contingentes militares y a los empleados públicos.
En vista de que la hacienda pública estaba practicamente vacia, se acudió a los prestamos para resolver los compromisos de pago y el país se colocó en una situación de endeudamiento que se fue convirtiendo en angustiosa por la presión de los cobradores.
México, dentro del sistema capitalista que se fortalecía cada vez más, era un país que vendía materias primas, como los metales y algunos cultivos, y esa posición, no eran suficientes. Se habían roto los lazos de la comunicación en el territorio y no era posible que el Estado solucionara el cobro de impuestos, de tal modo que los gastos del propio gobierno no podían cubrirse. Los recursos que se conseguían en las aduanas debían emplearse en pagos a los contingentes militares y a los empleados públicos.
En vista de que la hacienda pública estaba practicamente vacia, se acudió a los prestamos para resolver los compromisos de pago y el país se colocó en una situación de endeudamiento que se fue convirtiendo en angustiosa por la presión de los cobradores.
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